Miércoles 18 de setiembre. La percepción de esta generación. Lucas 7:31-35
La buena noticia
Lucas 7, 31-35
En aquel tiempo,
Jesús dijo: "¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A
quién se parecen? Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza y
se gritan los unos a los otros:
'Tocamos la flauta y no han bailado,
cantamos canciones tristes y no han llorado'.
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes
dijeron: 'Ese está endemoniado'. Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y
dicen: 'Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publicanos y
pecadores'. Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo
reconocen".
Psicología y espiritualidad
La percepción de esta generación. Lucas 7:31-35
La comparación de Jesús sobre "esta generación" nos invita a una mirada atenta. Nos presenta una imagen vívida de una generación que parece incapaz de encontrar satisfacción, pues compara a su audiencia con niños caprichosos y exigentes en la plaza.
¿A qué se refiere Jesús con "esta generación"?
A un grupo de personas que, a pesar de las evidencias y las oportunidades, parecen incapaces de adaptarse o de reconocer la verdad. Un comportamiento infantil cambiante de sus gustos constantemente, que nunca están satisfechos y que juzgan a los demás sin fundamentos sólidos.
¿Cómo es esa generación?
Esta generación, según Jesús, se caracteriza por:
- Inconstancia: Sus opiniones y acciones cambian rápidamente, sin un criterio claro.
- Juicio superficial: Juzgan a los demás basándose en apariencias o estereotipos, sin profundizar en la esencia de las personas o las situaciones.
- Resistencia a flexibilizar: Se aferran a sus propias creencias y prejuicios, rechazando cualquier idea o persona que aporta contrastes.
¿En qué se parece a la generación actual?
La descripción de Jesús, a pesar de ser milenaria, sigue resonando en nuestra sociedad actual. Vemos cómo las redes sociales fomentan la inmediatez, la superficialidad y la polarización. La generación actual, a menudo se caracteriza por:
- La búsqueda constante de nuevas sensaciones: El aburrimiento es un enemigo a vencer, y se busca constantemente nuevas experiencias y estímulos.
- El culto a la imagen: La apariencia física y la proyección de una imagen idealizada en redes sociales son prioritarias.
- La dificultad para establecer relaciones profundas: La fragmentación social y la comunicación virtual dificultan la construcción de vínculos auténticos.
¿Qué podemos aprender de este relato?
- Ser más reflexivos: Antes de juzgar, podemos detenernos a pensar y analizar las diferentes perspectivas.
- Cultivar la apertura: y estar dispuestos a reformular la opinión para a aprender con los demás.
- Buscar la sabiduría: La verdadera sabiduría no se encuentra en las apariencias, sino en la profundidad del ser.
En definitiva, el texto nos invita a ser más capaces de dialogar, superando prejuicios con una actitud más abierta y comprensiva.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
Cómo la Cultura del "Siempre Conectados" afecta nuestra capacidad de “aburrirnos”
La cultura del "siempre conectados" ha revolucionado la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Sin embargo, esta constante conectividad ha tenido un impacto significativo en nuestra capacidad de experimentar el aburrimiento y manejarlo adecuadamente.
¿Por qué la cultura del "siempre conectados" nos impide aburrirnos?
- Distracciones constantes: La proliferación de dispositivos móviles y aplicaciones nos proporciona una fuente inagotable de distracciones. Un momento de inactividad se llena rápidamente con notificaciones, mensajes o contenido en línea.
- Miedo a perdernos algo: La sensación de que siempre puede estar sucediendo algo interesante en línea nos impulsa a estar constantemente conectados, evitando así los momentos de tranquilidad.
- Redefinición del ocio: El ocio ya no se concibe como un tiempo para reflexionar o desconectar, sino como una oportunidad para consumir contenido.
- Presión social: La presión de estar activos en redes sociales y compartir constantemente nuestra vida puede generar un miedo al vacío y a la soledad.
Consecuencias de esta sobre conexión:
- Dificultad para concentrarse: La constante interrupción de las notificaciones dificulta la concentración en tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
- Aumento de la ansiedad y el estrés: La necesidad constante de estar al día puede generar ansiedad y estrés.
- Aislamiento social: Aunque paradójico, la sobre conexión puede llevar al aislamiento social, ya que las relaciones virtuales no sustituyen las interacciones cara a cara.
- Dificultad para resolver problemas: El aburrimiento puede ser un catalizador para la creatividad, ya que nos obliga a buscar nuevas formas de ocupar nuestro tiempo. Al evitar el aburrimiento, perdemos esta oportunidad de desarrollar nuevas habilidades.
¿Cómo podemos recuperar nuestra capacidad de aburrirnos positivamente?
- Establecer límites: Definir horarios específicos para desconectar de los dispositivos y dedicar tiempo a actividades que no requieran una pantalla.
- Cultivar el aburrimiento sano: Permitirnos experimentar momentos de inactividad sin sentir la necesidad de llenarlos con estímulos externos.
- Practicar la atención plena: La meditación y otras técnicas de atención al presente pueden ayudarnos a estar más presentes en el momento y a disfrutar de las pequeñas cosas.
- Fomentar las relaciones sociales: Pasar tiempo con amigos y familiares sin la distracción de los dispositivos puede fortalecer los vínculos y enriquecer nuestras vidas.
- Explorar nuevos intereses: Descubrir nuevas pasiones y hobbies puede ayudarnos a encontrar nuevas fuentes de satisfacción y a reducir el aburrimiento toxico.
Recuerda, la cultura del "siempre conectados" ha transformado nuestra relación con el tiempo y el espacio. Si bien la tecnología ofrece numerosas ventajas, es importante encontrar un equilibrio entre la conectividad y la desconexión. Al recuperar nuestra capacidad de aburrirnos positivamente, podemos mejorar nuestra salud mental, fortalecer nuestras relaciones y aumentar nuestra creatividad.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
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El Impacto de la Conectividad Constante en Nuestra Capacidad de Aburrirnos
La constante conexión a internet ha revolucionado nuestras vidas, pero también ha afectado nuestra capacidad de experimentar el aburrimiento sano. La sobre estimulación constante, el miedo a perdernos algo y la redefinición del ocio como “consumo de contenido” nos han llevado a buscar constantemente distracciones.
Consecuencias de esta sobre conexión:
- Dificultad para concentrarnos: La constante interrupción dificulta tareas que requieren atención sostenida.
- Aumento de la ansiedad y el estrés: generada por la presión de estar siempre conectados.
- Aislamiento social: Pues las relaciones virtuales no sustituyen las interacciones cara a cara.
- Dificultad para resolver problemas: El aburrimiento fomenta la creatividad, y al evitarlo perdemos esta oportunidad.
Para recuperar nuestra capacidad de aburrirnos:
- Establece límites: Define horarios para desconectar.
- Cultiva el aburrimiento sano: Permite momentos de inactividad.
- Practica la atención plena: Para. Mira. Escucha. Está presente en el momento.
- Fomenta relaciones sociales: Interactúa cara a cara.
- Explora nuevos intereses: Descubre nuevas pasiones.
Recuerda, la cultura del "siempre conectados" ha alterado nuestra relación con el tiempo y el espacio. Es importante encontrar un equilibrio entre la conectividad y la desconexión para mejorar nuestra salud mental y bienestar.
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