Lunes 2 de setiembre. Fascinación y tensión, fe y desconfianza. Lucas 4, 16-30
La buena noticia
Lucas 4, 16-30
En aquel tiempo, Jesús fue a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura, que ustedes acaban de oír”.
Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?”
Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo, y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm’”.
Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, que era de Siria”.
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.
Psicología y espiritualidad
Fascinación y tensión, fe y desconfianza
El texto de Lucas (4,16-22), nos sitúa en los comienzos de la vida pública de Jesús: su regreso a Nazaret, su pueblo natal. El relato, cargado de simbolismo y tensión, revela aspectos fundamentales de su identidad y misión.
El escenario cultural:
- Nazaret: Un pueblo pequeño y relativamente desconocido, ubicado en Galilea. Los habitantes de Nazaret, al igual que muchos judíos de la época, esperaban la llegada de un mesías que liberaría a Israel de la opresión romana y restauraría el reino de David.
- Sinagoga: Centro de la vida religiosa judía, donde se estudiaban las Escrituras, se rezaba y se celebraban los sábados.
- Profeta Isaías: Una figura clave en la tradición judía, cuyas profecías hablaban de un mesías que traería la salvación a Israel.
El discurso de Jesús:
Jesús, al leer el pasaje de Isaías, se presenta a sí mismo como el cumplimiento de las promesas mesiánicas. Su interpretación del texto es audaz, pues afirma que la profecía se ha cumplido en su persona. Los temas centrales de su mensaje son:
- La Buena Nueva: Jesús anuncia un mensaje de esperanza y liberación para los pobres, los oprimidos y los marginados.
- El Espíritu Santo: Es el Espíritu de Dios quien lo ungió y le otorga el poder para llevar a cabo su misión.
- El Año de Gracia del Señor: Jesús proclama la llegada del tiempo mesiánico, un tiempo de liberación y reconciliación.
La reacción diversa:
Inicialmente, la gente de Nazaret se sorprende y admira las palabras de Jesús. Reconocen su sabiduría y elocuencia. Sin embargo, su admiración se ve rápidamente ensombrecida por el rechazo y la incredulidad. No pueden aceptar que este carpintero, hijo de José, sea el Mesías que habían estado esperando. Las diferentes expectativas generan conflictividad.
Significados Profundos:
- Qué mesías: Jesús revela su identidad como el mesías, pero no de la forma que ellos esperaban. Su reino no es de este mundo y su misión va más allá de la liberación política.
- La fe y desconfianza: La reacción de los nazarenos nos muestra cómo la fe puede ser a la vez un don y un desafío de superar creencias erróneas. A menudo, las personas se aferran a ideas preconcebidas sobre Dios, lo que les impide reconocer la verdad cuando se les presenta.
- La universalidad del evangelio: Aunque Jesús se dirige a un público judío, su mensaje tiene una dimensión universal. La buena nueva de la salvación es para todos los pueblos y naciones.
El episodio de Nazaret nos muestra cómo Jesús, desde el principio de su ministerio, se presenta como el cumplimiento de las Escrituras y el portador de una nueva era. Sin embargo, su mensaje es recibido con incredulidad y rechazo por aquellos que están más apegados a sus propias expectativas y tradiciones. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia disposición a escuchar, aceptar a Jesús y a cuestionar nuestros preconceptos sobre la fe.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
La Percepción de Dios en el Cristianismo Contemporáneo
Mosaico diverso
En el contexto cristiano actual, la percepción de lo trascendente y de Dios se presenta como un mosaico diverso y en constante evolución. Si bien las raíces históricas y doctrinales permanecen, las expresiones individuales y comunitarias de la fe han sido moldeadas por la pluralidad cultural, los avances científicos y los desafíos sociales.
Heterodoxia
La búsqueda de lo divino se manifiesta en una amplia gama de experiencias y prácticas, desde las formas más tradicionales y rituales, hasta expresiones más personales y espontáneas. La espiritualidad individualizada ha cobrado relevancia, con énfasis en la experiencia interior y la conexión personal con Dios.
Lo individual y lo comunitario
Sin embargo, coexisten con estas tendencias más individualistas, fuertes movimientos comunitarios que buscan revitalizar las tradiciones y fomentar un sentido de pertenencia. La teología, por su parte, se enriquece con nuevos enfoques que buscan dialogar con la ciencia, la filosofía y las diversas culturas.
Unidos pero diversos
La percepción de lo trascendente en el cristianismo contemporáneo es un panorama dinámico y complejo, marcado por la diversidad, la búsqueda de significado y la adaptación a un mundo en constante cambio.
Miremos por dentro los cristianismos actuales
La percepción de Dios varía considerablemente entre las diferentes denominaciones cristianas, aunque todas comparten la creencia fundamental en un Dios creador y salvador.
Diversidad en la Percepción de Dios:
Naturaleza de Dios: Mientras que todas las denominaciones creen en un Dios trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo), la forma en que se concibe la relación entre estas tres personas difiere. Por ejemplo, algunas enfatizan más la divinidad de Cristo, mientras que otras ponen mayor énfasis en su humanidad.
Experiencia de Dios: Las experiencias personales con Dios también varían. Algunas denominaciones enfatizan la experiencia emocional y subjetiva, mientras que otras ponen más énfasis en la experiencia comunitaria y sacramental.
Relación con Dios: La forma en que los cristianos se relacionan con Dios también difiere. Algunas denominaciones enfatizan una relación más personal e íntima, mientras que otras ponen más énfasis en la mediación de la Iglesia.
Salvación: Aunque todas las denominaciones creen en la salvación por gracia a través de la fe en Jesucristo, las diferentes denominaciones tienen diferentes perspectivas sobre la naturaleza del pecado, la justificación y la santificación.
Ejemplos de Diversidad:
Católicos: Destaca la figura de María como Madre de Dios y la importancia de los sacramentos como canales de la gracia divina. La imagen de Dios es a menudo la de un padre amoroso y misericordioso, pero también un juez justo.
Protestantes: Destacan la importancia de la Biblia como única autoridad y la justificación por la fe sola. Dentro del protestantismo hay una gran diversidad, desde los luteranos hasta los pentecostales.
Ortodoxos: Preserva las tradiciones de la Iglesia primitiva, con una fuerte veneración a los iconos y a los santos. La imagen de Dios es a menudo trinitaria y trascendente, pero también cercana y accesible a través de los sacramentos.
La percepción de Dios en el cristianismo es rica y diversa. Si bien todas las denominaciones comparten un núcleo común de creencias, existen diferencias significativas en la forma en que se expresa y experimenta la fe. Esta diversidad enriquece la Iglesia y nos invita a un diálogo respetuoso y constructivo.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Percepciones, expectativas individuales y conflictividad
Las expectativas individuales son como mapas que cada uno lleva en la mente.
A veces, estos mapas no coinciden con la realidad o con los mapas de los demás, lo que genera conflictos.
Es importante reconocer que nuestras expectativas son subjetivas y están influenciadas por nuestra historia personal, valores y creencias.
La conflictividad surge cuando estas expectativas chocan con las de otros o con situaciones que no se ajustan a lo que esperábamos.
Para resolver estos conflictos, es fundamental la comunicación abierta y honesta, la empatía y la disposición a escuchar la perspectiva del otro. La apertura y la revisión de esquemas propios para ser ajustados y consensuados.
A veces superamos conflictos que se generan dentro nuestro pues “los caminos de la vida no son como yo pensaba, no son lo que yo quería, no son lo que imaginaba” dice la canción popular.
Esos conflictos presionan y tensan las relaciones con los demás. Cuando pretendemos adaptar al otro a nuestros deseos insatisfechos.
Por eso es necesario trabajar en la gestión de nuestras propias emociones y en desarrollar habilidades de resolución de problemas. Cultivar la flexibilidad mental y los valores.
Al aprender a identificar y expresar nuestras necesidades de manera asertiva, podemos satisfacerlas adecuadamente, y mantener relaciones fraternas más adaptativas, saludables y satisfactorias.
Comentarios
Publicar un comentario