Viernes 2 de agosto. La Fe: ver la vida como un milagro. Mateo 13, 54-58.
Mateo 13, 54-58
En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a
enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y
se preguntaban: "¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes
milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su
madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre
nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas
cosas?" Y se negaban a creer en él.
Entonces, Jesús les dijo: "Un profeta no es despreciado más que en su
patria y en su casa". Y no hizo muchos milagros allí por la incredulidad
de ellos.
Psicología y fe
La Fe: ver la vida como un milagro. Mateo 13, 54-58.
En este espacio de psicología y fe quiero invitarte a reflexionar sobre un concepto que ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales: la fe. ¿Qué es la fe? ¿Cómo se relaciona con la experiencia personal y los milagros? Vamos a explorar estas preguntas a través de las lentes de la psicología y la espiritualidad.
Entrando en tema
El psicólogo Eric Fromm nos ofrece una visión profunda de la fe, describiéndola como la confianza en nuestra propia experiencia y percepción del mundo. Es decir, la fe no es algo ciego o irracional, sino más bien una actitud de apertura y confianza en nuestras propias capacidades cognitivas y emocionales. “Confío en el proceso de la vida”
Jesús, un hombre de su tiempo, realiza milagros que asombran a muchos. Sin embargo, no todos creen en él. Algunos ven sus milagros como pruebas de su divinidad, mientras que otros los descartan como simples trucos.
Este pasaje nos revela una verdad profunda: los milagros no generan la fe, sino que la fe hace posible entender y aceptar los milagros. Es decir, la fe es un estado previo que nos permite abrirnos a lo extraordinario.
¿Por qué algunas personas creen y otras no? La respuesta puede estar en la forma en que cada individuo experimenta el mundo. Aquellos que confían en su propia intuición y en la posibilidad de que existan realidades más allá de lo material, están más dispuestos a creer en lo milagroso. Por otro lado, aquellos que se aferran a una visión estrictamente materialista, pueden encontrar difícil aceptar lo que no pueden explicar racionalmente. ¿Por qué esta misma evidencia genera reacciones tan distintas?
La respuesta, según Mateo, es que la fe precede a los milagros. Es decir, las personas que ya tenían una predisposición a creer en Jesús, veían en sus milagros una confirmación de su fe. Por otro lado, aquellos que eran escépticos, buscaban explicaciones racionales o rechazaban los milagros por completo. La palabra milagro, encuentra su origen en el latín miraculum, palabra derivada del verbo “mirari”, que significa “admirarse” o “contemplar con admiración”, con asombro. Esta palabra alude al modo de percibir algo, al modo de mirar.
La fe es una vivencia
Al final, la decisión de creer o no creer es una elección individual. Sin embargo, es importante recordar que la fe no es incompatible con la razón, sino que puede complementarla y enriquecerla.
La fe no es algo que se pueda imponer o demostrar de manera científica. Es una experiencia profundamente personal que se construye a través de la reflexión, la vivencia y la relación con los demás. Los milagros pueden ser un catalizador para la fe, pero no son su causa.
Mirando hacia dentro:
Te invito a reflexionar sobre tu propia experiencia de fe. ¿Qué significa la fe para ti? ¿En qué crees? ¿Cómo influye tu fe en tu vida diaria?
Si quieres profundizar en tu comprensión de la fe y su relación con la psicología, te invito a explorar las obras de autores como Eric Fromm, Martin Seligman, Viktor Frankl, en especial el libro de Boris Cylrulnik, Psicoterapia de Dios "La fe como resiliencia."
Recuerda: La fe es un viaje personal. Es un acto de valentía que nos invita a explorar las profundidades de nuestra alma y a conectar con algo más grande que nosotros mismos.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
La fe un diálogo entre razón y corazón
En este espacio de psicología, exploramos mundo de la fe, ¿Cómo se relaciona la fe con la razón? ¿Y cómo influye en nuestras vidas cotidianas?
Entrando en tema
Eric Fromm nos invitó a ver la fe como una confianza en nuestra propia experiencia. Sin embargo, nuestras percepciones pueden ser engañosas, especialmente cuando no hemos desarrollado una gran sabiduría. Es aquí donde la razón entra en juego, ayudándonos a discernir entre lo que es real y lo que es producto de nuestros deseos o miedos.
La fe no es incompatible con la razón. De hecho, ambas pueden complementarse y enriquecerse mutuamente. La fe nos proporciona un sentido de propósito y significado, mientras que la razón nos ayuda a entender el mundo que nos rodea.
Cuando nuestra fe se basa en una reflexión profunda y en una experiencia personal significativa, se convierte en una fuente de fortaleza y una linterna en las oscuridades de nuestra vida.
La fe influye en nuestras decisiones de manera profunda. Al creer en algo más grande que nosotros mismos, podemos encontrar un sentido de lo que aspiramos y el rumbo hacia donde caminamos. Además, la fe puede ayudarnos a enfrentar los desafíos de la vida con mayor resiliencia y esperanza.
Mirando hacia adentro
¿Cómo tu fe influye en tus relaciones con los demás? ¿Te hace más compasivo, más tolerante? ¿O, por el contrario, te lleva a juzgar a quienes piensan diferente? La fe puede ser una fuerza unificadora o una causa de división, dependiendo de cómo la vivamos.
Recuerda
La fe es una experiencia profundamente personal que se construye a lo largo de la vida. Es un camino que cada uno debe recorrer a su propio ritmo. Lo importante es mantener una mente abierta y un corazón dispuesto a crecer, evitando fanatismos.
Es probable que todos tengamos fe en algo, creemos que el próximo segundo habrá aire para respirar, descubrimos la fe en la vida. Incluso los que no tienen fe, creen en eso.
Llamada a la acción
Les animo a explorar diferentes perspectivas sobre la fe, a conversar con personas de diferentes creencias y a encontrar su propio camino espiritual.
Recuerda: La fe y la razón no son fuerzas opuestas, sino complementarias. Al integrar ambas en nuestra vida, podemos encontrar un equilibrio más profundo y una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. La fe, cuando se vive de manera consciente y reflexiva, puede ser una fuente de gran fuerza y consuelo.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
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La fe un diálogo entre razón y corazón
¿Qué es la fe? ¿Es solo creer en algo sin pruebas? Hoy exploramos cómo la fe se relaciona con la razón, y cómo esto influye en nuestras vidas.
Eric Fromm consideraba la fe como una confianza en nuestra propia experiencia. Sin embargo, nuestras percepciones pueden ser engañosas, especialmente cuando no hemos desarrollado una gran sabiduría. Es aquí donde la razón entra en juego, ayudándonos a discernir entre lo que es real y lo que es producto de nuestros deseos o miedos.
La fe no es incompatible con la razón. De hecho, ambas pueden complementarse y enriquecerse mutuamente. La fe nos proporciona un sentido de propósito y significado, mientras que la razón nos ayuda a entender el mundo que nos rodea.
Cuando nuestra fe se basa en una reflexión profunda y en una experiencia personal de significado, se convierte en una fuente de fortaleza y una linterna en las oscuridades de nuestra vida.
Para tener en cuenta:
- La fe y la razón se complementan. La fe nos da un sentido y un rumbo, mientras que la razón nos ayuda a entender el mundo. Con ambas encontramos un equilibrio profundo.
- Nuestra fe influye en nuestras decisiones y relaciones. Nos hace más flexibles y compasivos.
- Es importante vivir nuestra fe de manera consciente y respetuosa hacia las creencias de los demás. Pues también vamos por el camino, descubriendo.
- La fe es un camino personal en diálogo con los demás.
- Cada uno puede encontrar su propio camino espiritual. Lo importante es mantener una mente abierta y un corazón dispuesto a crecer.
- Se puede creer y entender. Valorar la ciencia y admirarnos de la consciencia.
Recuerda: La fe y la razón no son fuerzas opuestas, sino complementarias. Al integrar ambas en nuestra vida, podemos encontrar un equilibrio más profundo y una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.


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