Miércoles 28 de agosto, Invitación a la integridad personal. Mateo 23, 27-32
La buena noticia
Mateo 23, 27-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque son semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre! Así también ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les construyen sepulcros a los profetas y adornan las tumbas de los justos, y dicen: ‘Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, ¡nosotros no habríamos sido cómplices de ellos en el asesinato de los profetas’! Con esto ustedes están reconociendo que son hijos de los asesinos de los profetas. ¡Terminen, pues, de hacer lo que sus padres comenzaron!”
Psicología y espiritualidad
Invitación a una conducta congruente
Jesús, en esta metáfora, expone las contradicciones de esos escribas y fariseos, comparándolos con sepulcros blanqueados: bellos por fuera, pero putrefactos por dentro. Esta imagen visualmente impactante revela la profunda incongruencia entre la apariencia externa de justicia y la realidad interna disonante.
Jesús los invita a la integridad. La doble cara, al crear una fachada de perfección, genera una disonancia cognitiva (*) que puede llevar a un sufrimiento psicológico a largo plazo. La búsqueda de la aprobación social a través de la apariencia, en lugar de cultivar la virtud interior, es una trampa común que puede conducir a la alienación y la infelicidad.
Estos fariseos, que les construyen sepulcros a los profetas y adornan sus tumbas, creen falsamente que se distancian de su propio error. Sin embargo, Jesús les revela que su conducta los conecta directamente con aquellos a quienes condenan. Esta idea sugiere que la verdadera transformación implica no solo juzgar las acciones del pasado, sino también examinar nuestras propias motivaciones y comportamientos actuales.
Nuestra integridad y congruencia, es una tarea cotidiana. Con paciencia. Todos podemos construir una fachada de perfección (un yo social aplaudible), pero la verdadera transformación espiritual implica un compromiso con la honestidad y grandeza interior.
(*) La disonancia cognitiva es la incomodidad psicológica que sentimos cuando nuestras mentes tienen dos conceptos contradictorios al mismo tiempo. Por ejemplo: debería fumar porque lo disfruto y no debo fumar porque causa cáncer.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
Cultivando la congruencia: pasos y beneficios
La integridad personal es un valor fundamental que nos lleva a actuar de manera coherente con nuestros valores, creencias y principios. Cultivarla implica un compromiso constante con uno mismo y con los demás. A continuación, te presento algunos pasos y beneficios que te ayudarán en este camino:
Pasos para Cultivar la Integridad Personal:
1. Autoconocimiento:
Reflexiona sobre tus valores: Identifica qué es lo que realmente importa para ti en la vida.
Reconoce tus debilidades: Sé honesto contigo mismo acerca de tus áreas de mejora.
Define tus principios: Establece un marco de referencia ético para tus acciones.
2. Consistencia:
Alinea palabras y acciones: Asegúrate de que lo que dices y haces estén en armonía.
Mantén tus promesas: Cumple con tus compromisos, tanto grandes como pequeños.
Sé constante en tus valores: No los abandones según convenga.
3. Honestidad:
Sé transparente: Evita la mentira y la manipulación. No uses la verdad para herir.
Acepta tus errores: Reconócelos y aprende de ellos.
Sé sincero contigo mismo y con los demás. Tampoco el sincericidio.
4. Responsabilidad:
Asume las consecuencias de tus actos: Evita culpar a los demás por tus errores.
Sé proactivo: Toma la iniciativa para resolver problemas.
Cumple razonablemente con tus obligaciones: o discúlpate a tiempo.
5. Respeto:
Valora a los demás: Trata a todas las personas con dignidad y respeto.
Escucha activamente: Pon atención a las opiniones de los demás, sólo son opiniones.
Empatiza: Ponte en el lugar de los otros, sin perder el tuyo.
Beneficios de Cultivar la Integridad Personal:
Confianza en ti mismo: te sentirás más seguro y seguro de ti mismo al actuar de acuerdo a tus valores.
Relaciones armoniosas: pues fomenta la confianza y el respeto.
Bienestar emocional: Vivir en coherencia con tus valores reduce el estrés y la ansiedad.
Te creen: Las personas íntegras son valoradas y admiradas.
Liderazgo efectivo: construyes un pilar importante para un liderazgo inspirador.
Contribuyes a crear un mundo mejor.
Recuerda: Cultivar la integridad es un proceso continuo. Requiere práctica, paciencia y autodisciplina. Al hacer de la integridad un valor en tu vida, estarás construyendo un camino humanizado, pues actúas de acuerdo con principios compartidos, y te ahorras el sentimiento de culpa y remordimiento estando en paz con la conciencia.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
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La congruencia como fuente de felicidad
La integridad, entendida como la coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos, es un pilar fundamental para alcanzar la felicidad. Cuando actuamos así, experimentamos sensación de bienestar.
¿Por qué?
Auto Confianza: desarrollamos una mayor confianza en nosotros mismos y en nuestras decisiones Al actuar de manera congruente con nuestros valores,
Consolida relaciones: fomenta la certidumbre en el trato, tanto amigos como compañeros de trabajo.
Paz interior: Vivir en armonía con nuestros principios evita ruido interno y reduce el estrés.
Respeto de los demás: Las personas íntegras son admiradas y respetadas, lo que genera un ambiente positivo a su alrededor.
En resumen, la integridad no solo es un valor moral, sino también una herramienta para alcanzar la felicidad. Al cultivarla, estamos invirtiendo en nuestro bienestar emocional y en vivir de manera más satisfactoria. Nos ahorramos sentimiento de culpa y remordimiento estando en paz con nuestra conciencia. Es el puente que conecta nuestros valores internos con nuestras acciones externas, bien construido nos permite que experimentemos una profunda sensación de bienestar y satisfacción personal.




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