Martes 20 de agosto. El concepto de “riqueza” y de “rico.” Mateo 19, 23-30
La buena noticia
Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "Yo les aseguro que un rico difícilmente
entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello
pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los
cielos".
Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron: "Entonces
¿quién podrá salvarse?" Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió:
"Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible".
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo a Jesús: "Señor, nosotros lo
hemos dejado todo y te hemos seguido, ¿qué nos va a tocar?" Jesús les
dijo: "Yo les aseguro que en la vida nueva, cuando el Hijo del hombre se
siente en su trono de gloria, ustedes, los que me han seguido, se sentarán
también en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.
Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o
madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la
vida eterna. Y muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros''.
Psicología y espiritualidad
El concepto de “riqueza” y de “rico”
Este texto de Mateo presenta un desafío: la dificultad para un rico entrar en el Reino de los Cielos. La imagen del camello pasando por el ojo de una aguja enfatiza la imposibilidad aparente de esta tarea, subrayando la dificultad de que alguien apegado a las riquezas pueda acceder al reino de Dios.
Satisfacción de necesidades
El modo de relacionarse con las riquezas y el dinero aparece también en Lucas 16,13 “No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero,” donde el tema es presentado en términos de servidumbre, esclavitud. El dinero presentado como un jefe déspota.
En la lógica del Reino de Dios se plantea un nuevo modo de relacionarse con las riquezas, son vistas como medios para el servicio, bien administradas, poniendo por encima la fraternidad, el amor y el servicio.
Riquezas para vivir o vivir para las riquezas
La reacción de los discípulos refleja nuestra propia sorpresa: ¿Cómo es posible que la riqueza sea un obstáculo para la salvación? Considerando el tremendo poder del dinero, que pareciera permitirnos acceder a rodo. Hay muchas cosas que el dinero no compra. Las riquezas permiten e impiden. Se necesita tener recursos al alcance, satisfacer necesidades básicas.
Jesús tiene un concepto de riqueza más profundo: para Dios amoroso todo es posible. Esto nos invita a confiar en la gracia divina y a reconocer que la salvación es un don que recibimos, participamos de ese amor. La palabra “gracia” significa gratis, don, regalo. La gracia aparece como poder sanador, que no esclaviza. Desde esa visión los bienes materiales son vistos al servicio del ser humano, de su dignidad.
Recompensa profunda
La promesa que Jesús hace a Pedro y a los demás discípulos es un llamado a un cambio de mentalidad: quienes dejan todo por seguir a Cristo recibirán una recompensa mucho mayor. Sin embargo, esta promesa no debe interpretarse como una garantía de riqueza material en esta vida, sino como una promesa de gracia, vida eterna y de participar del Reino de Dios.
Primero los serviciales
Finalmente, la cuestión de los primeros y los últimos nos recuerda que los criterios de Dios son distintos a los nuestros. Aquellos que se consideran superiores pueden terminar siendo los últimos, mientras que los humildes y los que sirven a los demás pueden ser los primeros.
Recuerda: Este pasaje nos invita a revisar nuestras prioridades y a poner nuestra confianza en Dios, sabiendo que sus caminos son más sabios que los nuestros.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
Las Habilidades Prosociales: Una inversión en nosotros mismos
Existe un poder interior, una motivación más profunda. En la muy actual terapia de compasión el desarrollo de estas habilidades ha mostrado resultados beneficiosos en muchos padecimientos humanos. Fomentar la empatía, la cooperación y la generosidad desde temprana edad sienta las bases para una vida más sana y satisfactoria. Podemos aprender a poner en práctica valores como la solidaridad y el servicio a los demás.
Estas habilidades prosociales son una inversión en nuestro bienestar personal y en el de nuestra comunidad. Nos permiten conectarnos más profundamente con los demás, y contribuyen a la salud mental y emocional.
Cómo hacerlo:
Cultiva la empatía: Ponte en el lugar del otro, trata de entender sus sentimientos y perspectivas.
Practica la escucha activa: Presta atención plena a lo que los demás dicen, sin interrumpir con impaciencia, demuestra interés y apertura. No te apresures a estar en desacuerdo.
Puedes disentir con respeto.
Fomenta la cooperación: Busca oportunidades para trabajar en equipo y colaborar con otros.
Realiza actos de servicio: Ayuda a los demás sin esperar nada a cambio, eso puede generar un gran sentido de satisfacción.
Practica la gratitud: Reconoce y valora lo que tienes, también lo que los demás hacen por ti. Pero no lo interpretes como un soborno.
Desarrolla la paciencia y la tolerancia: Aprende a aceptar las diferencias y a manejar los conflictos de manera constructiva.
Sé un modelo a seguir: Aprendemos observando a los demás, así que es importante que muestres cómo se practican las habilidades prosociales en la vida cotidiana.
Beneficios del desarrollo de habilidades prosociales:
Mejoran las relaciones interpersonales: Fortalece los vínculos con amigos, familiares y compañeros de trabajo.
Adecuado bienestar emocional: Reduce el estrés, la ansiedad y la depresión.
Sana autoestima: Sentirse útil y conectado con los demás aumenta la confianza en uno mismo.
Motivación profunda: Contribuir al bienestar de los demás da sentido a la vida.
Comunidades más fuertes: Las sociedades donde predominan son más cohesionadas y resilientes.
En conclusión, fomentar estas habilidades es una inversión en nosotros mismos y en nuestra sociedad. Al cultivar la empatía, la generosidad y la cooperación, contribuimos a crear un mundo más justo, compasivo y solidario.
*** Nota ***
Habilidades sociales y prosociales
-Las habilidades sociales son un conjunto de conductas que nos permiten interactuar y relacionarnos con los demás de manera efectiva y satisfactoria. (ejemplo: el diálogo)
-Habilidad prosocial: Es toda conducta social positiva con o sin motivación altruista, es decir, que no daña, que no es agresiva y busca favorecer al otro independientemente del propio beneficio (ejemplo: la compasión, el respeto).
A su vez se entiende por motivación altruista el deseo de favorecer a la otra persona con independencia del propio beneficio. En cambio, la motivación no altruista es aquella que espera o desea un beneficio propio además del, o por encima del, ajeno.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
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Cultivando humanidad: El poder de las habilidades prosociales
Fomentar la empatía, la cooperación y la generosidad desde temprana edad es clave para una vida más plena y satisfactoria. Estas habilidades no solo fortalecen nuestros vínculos sociales, sino que también mejoran nuestra salud mental y emocional.
¿Cómo desarrollarlas?
- Ponte en los zapatos del otro: Cultiva la empatía para comprender las perspectivas ajenas.
- Escucha atentamente: Demuestra interés genuino por los demás.
- Trabaja en equipo: Colabora en proyectos grupales.
- Ayuda sin esperar nada a cambio: Realiza actos de servicio.
- Agradece lo que tienes: Valora las cosas buenas y a las personas que te rodean.
- Sé paciente y tolerante: Acepta las diferencias y maneja los conflictos de forma constructiva.
- Sé un ejemplo: Tus acciones hablan más que tus palabras.
Beneficios:
- Mejores relaciones: Fortalece tus vínculos con los demás.
- Adecuado bienestar: Reduce el estrés y aumenta la felicidad.
- Sana autoestima: Te sentirás más seguro y valioso.
- Motivación profunda: Contribuir al bienestar de los demás te dará un “para qué” en la vida, satisfacción interior.
- Comunidades más fuertes: Un mundo más unido y compasivo.
Recuerda, el desarrollo de habilidades prosociales es una inversión en ti mismo y en un futuro mejor para todos. Al cultivar la empatía y la generosidad, construimos un mundo más humano y solidario.
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