Lunes 19 de agosto, Tener de todo y sentirse insatisfecho. Mateo 19, 16-22
La buena noticia
Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un joven y le preguntó: “Maestro, ¿qué cosas buenas tengo que hacer para conseguir la vida eterna?” Le respondió Jesús: “¿Por qué me preguntas a mí acerca de lo bueno? Uno solo es el bueno: Dios. Pero, si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos”. El replicó: “¿Cuáles?”
Jesús le dijo: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo.
Le dijo entonces el joven: “Todo eso lo he cumplido desde mi niñez, ¿qué más me falta?” Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme”. Al oír estas palabras, el joven se fue entristecido, porque era muy rico.
Psicología y espiritualidad
Tener de todo y sentirse insatisfecho
Era joven, cumplidor de al menos seis mandamientos que le expone Jesús, y era muy rico: en vigor juvenil, en bienes materiales, al cumplir la ley, por un lado, creía haber asegurado su lugar en el reino de los cielos, pero se sentía insatisfecho. Jesús le propone algo más: renunciar a su modo de relacionarse con los bienes materiales, y caminar con El, para alcanzar una plenitud espiritual.
Nuestro valores, prioridades e insatisfacciones
Desde una perspectiva psicológica, este relato nos invita a cuestionar nuestros valores y prioridades. ¿Qué buscamos realmente en la vida? ¿Qué nos hace verdaderamente felices? El joven rico, apegado a sus posesiones, no lograba encontrar la paz interior. Su riqueza, en lugar de ser una fuente de satisfacción, se había convertido en un obstáculo para su felicidad y crecimiento espiritual.
Desapegarse de sobrevalorar los bienes materiales
La propuesta de Jesús de soltar todas sus posesiones puede parecer extrema, pero en realidad nos habla de la necesidad de desapegarnos de aquello esquemas mentales que nos esclavizan. El apego al modo de relacionarnos con los bienes materiales puede generar ansiedad, miedo a la pérdida y una búsqueda insaciable de más. Existen dos preguntas iluminadoras para gestionar esa ansia de bienes materiales: ¿para qué quiero lo que quiero, para qué tengo lo que tengo? Al desprendernos de creencias desbordantes, liberamos nuestra energía para conectar con los demás y cultivar relaciones auténticas.
La exaltación de la posesividad
En la actualidad, nuestra sociedad consumista nos bombardea constantemente con mensajes que exaltan el valor de las posesiones materiales. Pregunta a tu niño: ¿que deseas más: alguien que te quiera o tener el último modelo de celular? Pensará, engañosamente, quiero el celular pues de ese modo conseguiré quien me quiera… Sin embargo, la espiritualidad nos enseña que la felicidad no se encuentra en las cosas, sino en el relativo valor que les damos, y está en los vínculos sanos, en la experiencia de sabiduría y en el desarrollo personal.
Mirando hacia adentro:
- ¿Crees que la publicidad influye en nuestro apego a bienes materiales? ¿De qué manera?
- ¿Qué papel juega la sociedad de consumo en la promoción del materialismo?
- ¿Cómo podemos enseñar a los niños y jóvenes a valorar las experiencias significativas por encima de las posesiones?
Recuerda:
El relato del joven rico nos invita a reflexionar sobre nuestro propio camino de la vida. ¿Estamos dispuestos a renunciar a algo engañoso, a esquemas mentales limitantes, para alcanzar una mayor satisfacción con la vida? ¿Qué obstáculos nos impiden seguir la espiritualidad? Se puede priorizar gratitud, relaciones armónicas y crecimiento personal sobre la acumulación de bienes. Y cultivar la apreciación por lo que se tiene, en lugar de centrarse en lo que falta.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
Necesidades emocionales insatisfechas
El apego a los bienes materiales es un fenómeno psicológico complejo que a menudo se arraiga en necesidades emocionales insatisfechas. A través de objetos, buscamos llenar vacíos internos, construir una identidad y sentirnos seguros. Sin embargo, esta búsqueda constante puede llevar a un ciclo de insatisfacción y ansiedad. Para liberarnos de este apego, es fundamental explorar las emociones subyacentes, desarrollar una mayor conciencia de nuestros valores y practicar la gratitud. Técnicas como la meditación y la atención al presente pueden ser de gran ayuda para cultivar una mente más serena y apreciar lo que realmente importa en la vida.
Mirando con curiosidad nuestra insatisfacción:
- Necesidades emocionales insatisfechas: El apego a objetos puede ser una forma de compensar carencias afectivas, reconocimiento o autoestima.
- Búsqueda de aparentar: Los bienes materiales a menudo se utilizan para proyectar una imagen de éxito, poder o pertenencia a un determinado grupo social.
- Sensación de seguridad: Los objetos pueden brindar una falsa sensación de seguridad y control en un mundo incierto.
- Ciclo de insatisfacción: La adquisición constante de nuevos bienes rara vez conduce a una felicidad duradera, ya que las necesidades y deseos humanos son infinitos.
Estrategias para liberarse:
-Mirando con calma: Identifica las emociones y necesidades que buscas satisfacer a través del consumo.
-Redefine tus valores: Prioriza experiencias de bondad, relaciones de amabilidad y crecimiento personal sobre la acumulación de bienes.
-Gratitud: Cultiva la apreciación por lo que tienes, en lugar de centrarte en lo que falta.
-Atención al presente: Desarrollar la atención a lo que ocurre, vive el presente y reduce la ansiedad. Respira, eso sólo lo puedes hacer en el instante presente.
-Consumo responsable: Pregúntate para que quieres lo que quieres, para que necesitas lo que crees necesitar.
Mirando hacia adentro:
- ¿Crees que la publicidad influye en nuestro apego a bienes materiales? ¿De qué manera?
- ¿Qué papel juega la sociedad de consumo en la promoción del materialismo?
- ¿Cómo podemos enseñar a los niños y jóvenes a valorar las experiencias de amabilidad y bondad, el uso amoroso de los bienes, por encima de las posesiones individualistas?
Recuerda: la felicidad no se encuentra en la acumulación de bienes materiales, sino compartiendo el camino y el alimento, en la búsqueda de un sentido más profundo de la vida.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
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¿Por qué nos aferramos tanto a las cosas?
A menudo, el apego a los bienes materiales esconde necesidades emocionales insatisfechas como la búsqueda de afecto, reconocimiento o seguridad. Es como si quisiéramos llenar un vacío interno con objetos. Sin embargo, esta búsqueda constante no nos lleva a la felicidad duradera, sino a un ciclo de insatisfacción.
¿Por qué caemos en esta trampa?
Necesidad de pertenecer: Los objetos nos ayudan a sentirnos parte de un grupo o a proyectar una imagen de éxito.
Miedo a la incertidumbre: Las posesiones nos brindan una falsa sensación de control y seguridad.
Publicidad y sociedad de consumo: La publicidad y la sociedad en la que vivimos nos bombardean constantemente con mensajes que asocian la felicidad con el consumo.
¿Cómo liberarnos?
Conócete a ti mismo: Identifica qué emociones estás tratando de llenar con las compras.
Redefine tus valores: Prioriza lo importante.
Practica la gratitud: Aprecia lo que tienes y vive el momento presente.
Consume de manera consciente: Reflexiona sobre tus compras y elige productos que sean necesarios y sostenibles.
Educa a las nuevas generaciones: Enseña a los jóvenes las habilidades pro sociales: actos realizados en beneficio de otras personas; (por ejemplo, maneras de responder a los demás con simpatía, condolencia, cooperación, ayuda, rescate, confortamiento y entrega o generosidad). Muestra que las relaciones humanas están por encima de las posesiones.
Recuerda: La felicidad verdadera no se encuentra en las cosas, sino en las conexiones humanas, en el crecimiento personal y en la búsqueda de un para qué en la vida.
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