Domingo 25 de agosto. El camino de comprensión de la fe. Juan 6, 55. 60-69
La buena noticia
Juan 6, 55. 60-69
En aquel tiempo,
Jesús dijo a los judíos: "Mi carne es verdadera comida y mi sangre es
verdadera bebida". Al oír sus palabras, muchos discípulos de Jesús
dijeron: "Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir
eso?"
Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto
los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba
antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las
palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de
ustedes no creen". (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no
creían y quién lo habría de traicionar). Después añadió: "Por eso les he
dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede".
Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían
andar con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes
quieren dejarme?" Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el
Santo de Dios".
Psicología y espiritualidad
El camino de comprensión de la fe
El pasaje de Juan 6 nos presenta un momento en la formación de la fe cristiana. La resistencia de los discípulos ante las palabras de Jesús sobre la celebración de la Eucaristía refleja la tensión entre la experiencia religiosa y la razón humana. A lo largo de la historia, la Iglesia ha buscado conciliar estos dos aspectos, desarrollando una reflexión que, sin negar el misterio, ofrece herramientas para comprender y celebrar este sacramento. En la actualidad, muchos creyentes siguen enfrentando desafíos similares al intentar conciliar su fe con las exigencias de un mundo secularizado. Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la importancia de mantener viva la llama de la fe, a pesar de las dudas y preguntas que puedan surgir.
La aceptación de la experiencia de Dios
Los cuatro evangelios se pusieron por escrito de forma sucesiva, entre los años 70 y 100. Recogen la experiencia de fe de las primeras comunidades. También las tensiones en estos grupos. No son una crónica periodística sobre Jesús. Son la comprensión sobre sobre Dios en Jesús a quien sienten vivo y presente en medio de ellos. Aparecen dos ópticas simultaneas, la cultura de Israel, pero también la cultura grecorromana. Tienen el desafío de expresar su comprensión de Cristo. En los relatos Jesús habla en futuro, de acontecimientos que ya habían ocurrido, y sus palabras se tornan simbólicas y enigmáticas. Hablan de la muerte y resurrección de Jesús cuarenta años después, hablan de las celebraciones cristianas que ya vienen compartiendo todo ese tiempo.
Caminando juntos:
El pasaje de Juan 6, 55. 60-69 presenta esta comprensión hacia el año 100, donde las palabras sobre la Eucaristía denotan una tensión entre los discípulos (los judaizantes y los grecorromanos). Las frases "Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida" y "nadie puede venir a mi si el Padre no se lo concede" resultan difíciles para muchos. ¿Por qué esta reacción tan visceral?
Podemos identificar varias razones que subyacen a esta dificultad:
1. Tensión con las creencias religiosas: Las afirmaciones de Jesús desafían algunas concepciones religiosas de la época. La idea de que el pan y el vino se transformaran en el cuerpo y la sangre de Cristo era nueva y difícil de aceptar para quienes estaban acostumbrados a una visión más literal de la divinidad, y provenían del mundo judío.
2. Miedo a lo desconocido: Las palabras de Jesús introducen un misterio profundo y complejo que escapa a la comprensión humana. El miedo a lo desconocido y a lo inexplicable puede generar rechazo y confusión.
3. Dificultad para aceptar un símbolo: La Eucaristía es un símbolo que representa la unión íntima con Cristo. Sin embargo, muchos discípulos pueden haberse quedado anclados en una interpretación literal de las palabras de Jesús, sin comprender el significado más profundo de este sacramento.
4. Necesidad de seguridad: En un mundo incierto, las personas buscan certezas y seguridades. Las palabras de Jesús, al desafiar las creencias establecidas, pueden haber generado una sensación de inseguridad y desorientación.
Además de estos factores psicológicos, también es importante considerar el contexto histórico y cultural en el que se desarrolla este pasaje. En aquella época, la comida y la bebida eran elementos fundamentales de la vida cotidiana, y los ritos de comidas sagradas eran una práctica asociada a cultos de misterios.
Diversos factores
La dificultad que experimentan los discípulos al enfrentarse a las palabras de Jesús sobre la celebración de la Eucaristía se debe a una combinación de factores psicológicos, culturales y teológicos. La tensión con las creencias establecidas, el miedo a lo desconocido y la necesidad de seguridad son algunos de los elementos que contribuyen a esta reacción. Sin embargo, este pasaje también nos invita a reflexionar sobre la profundidad del misterio de la fe y la necesidad de una constante búsqueda de la sabiduría.
Enfocando la comunidad: resaltamos la importancia de la comunidad cristiana primitiva en la formación de estos relatos. También hoy la fe se construye en comunidad, las tensiones y debates internos son parte de este proceso.
Recuerda: La fe requiere un salto de fe, una aceptación de lo que no se puede comprender plenamente. Las palabras de Jesús son una invitación a adentrarse en un misterio, a confiar en lo desconocido. Aquellos que se aferran a sus propias interpretaciones y expectativas encuentran difícil aceptar esta invitación.
La reacción de algunos discípulos ante las palabras de Jesús revela la dificultad de aceptar una verdad que incluye, pero trasciende la comprensión humana. Otros dan el salto y reconocen en el mensaje “palabras de vida eterna.”
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
Fomentamos la curiosidad y la apertura a nuevas perspectivas
En la terapia psicológica, a menudo se trabajan estrategias para desarrollar una mayor tolerancia a la ambigüedad y a la incertidumbre. Al fomentar la curiosidad y la apertura a nuevas perspectivas, podemos atrevernos a superar los miedos y a crecer como personas.
Desde esta perspectiva, el ser humano tiende a buscar la seguridad y la certeza. Las experiencias que desafían nuestra comprensión, generan disonancia cognitiva y pueden provocar ansiedad, la gente popularmente dice “eso me hace ruido”. Sin embargo, es precisamente en estos momentos de incertidumbre donde se produce el mayor crecimiento personal.
Abrirnos a experiencias que desafían nuestra comprensión nos permite:
- Expandir nuestra conciencia: Al salir de nuestra zona de confort (zona de hábitos mentales poco confortables), ampliamos nuestra perspectiva y somos capaces de ver el mundo de una manera más rica y compleja.
- Fomentar la creatividad: La incertidumbre puede estimular la creatividad, al desafiarnos a encontrar nuevas formas de pensar y resolver problemas.
- Profundizar nuestras relaciones: podemos fortalecer nuestros vínculos y construir una comunidad de apoyo cuando compartimos dudas y miedos con otros.
- Desarrollar la resiliencia: Aprender el manejo adecuado de la incertidumbre nos hace más fuertes y capaces de enfrentar los desafíos de la vida.
Recuerda, es un aspecto importante del crecimiento humano la oportunidad de abrirnos a experiencias que desafían nuestra comprensión. Al abrazar la incertidumbre, podemos descubrir nuevas dimensiones de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com




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