Domingo 18 de agosto. Un vino que alegra y un pan que reconforta. Juan 6, 51-58

La buena noticia

Juan 6, 51-58

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida".
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre''.

 

 Psicología y espiritualidad

Un vino que alegra y un pan que reconforta

En nuestro contexto actual: ¿Para qué comemos y bebemos algo día tras día? No solo para mantenernos con vida sino también para estar sanos y fuertes. Todos conocemos algo de alimentación saludable y comida chatarra.

¿Qué significado le damos a la carne y sangre en el mundo de hoy? Desde el punto de vista médico, todos conocemos algo sobre glóbulos rojos, blancos, plaquetas. Y sobre los músculos del cuerpo. Sentimos el latir de la vida en nuestro corazón.

Comemos para vivir y vivimos para comer

Festejamos acontecimientos de la vida, y por lo general lo hacemos con una comida. La comida disfrutada nos reúne, conversamos, fomentamos lazos familiares y de amistad.

La ingesta de alimentos es una manera de relacionarnos, con nosotros mismos, con los demás, y con la tierra que produce estos alimentos. La comida es altamente valorada, es el sustento diario. Es común escuchar frases como: “con mi trabajo apenas me alcanza para comer.” El ella se entrelazan emociones, afectos y relaciones más profundas.

Mirando con curiosidad los significados

Los psicólogos exploramos las percepciones, los pensamientos, las emociones y sentimientos, las conductas con la finalidad de auto entendernos, hay psicoterapias que incluyen aprender a comer de manera consciente. Nos damos cuenta de que, junto con los alimentos biológicos, las personas comen las conversaciones y las cargas emocionales, el saber y el sabor, lo cual modifica su bienestar y salud.

La luz del contexto histórico. Todo texto tiene una historia y refleja una cultura

Al procurar entender a Juan 6:51-58 en su contexto histórico cultural, en el cual fue redactado, de las comunidades, alrededor del año 100, podemos apreciar elementos interesantes.

Que ocurría al poner esto por escrito

Las comunidades cristianas de aquella época se reunían regularmente para compartir una comida, un acto que iba más allá de la mera nutrición biológica. Esta práctica, conocida como eucaristía (agradecían a Dios por su hijo Jesucristo), era una celebración de su fe y una expresión de permanecer unidos a Él. Al ser mayoritariamente no judías, estas comunidades estaban familiarizadas con los cultos mistéricos , donde se consumían alimentos sagrados para establecer una unión mística con la divinidad.

Las reuniones comunitarias para compartir una comida eran comunes y tenían un profundo significado religioso. Este trasfondo cultural influyó en la manera de entender las palabras de Jesús.

El concepto del "cuerpo de Cristo," de las cartas de Pablo, ya estaba arraigado en la conciencia de estos cristianos, quienes se entendían como miembros de un único organismo espiritual, unidos por su fe en Jesucristo.

La Eucaristía, la celebración del cuerpo y la sangre de Cristo, se convertía en una experiencia visible de unión con Dios y con la comunidad de los creyentes.

La idea del cuerpo de Cristo como la comunidad de los fieles, se entrelaza con este pasaje. Al participar de la Eucaristía, los cristianos se unían místicamente al cuerpo de Cristo, nutriéndose de su vida y compartiendo su destino. La sabiduría en esa cultura tenía más que ver con el sabor que con el saber.

En este contexto, la invitación de Jesús a "comer su carne y beber su sangre" adquiere un significado:

- Participación en la vida divina: Al participar de la eucaristía, los cristianos no solo conmemoran la muerte y resurrección de Cristo, sino que se unen a Él de manera mística, participando de su vida divina.

- Unidad de la comunidad: La comida compartida simboliza la unidad de la comunidad cristiana, que se alimenta de un mismo cuerpo y una misma sangre.

- Transformación interior: Al participar de este sacramento, los cristianos experimentan una transformación interior, muriendo al pecado y resucitando a una nueva vida en Cristo.

Una bella herencia

Este texto escrito hace dos mil años recoge una tradición sobre la relación con Dios, en el marco de una celebración, una comida ritual, en la que se armonizan conceptos del judaísmo y del mundo greco romano. En dos mil años de cristianismo ha sido releído y puesto en contacto con la experiencia humana.

Mirando hacia adentro hoy:

¿Cómo lo relacionas hoy con tu vida? ¿Qué buena noticia puedes encontrar para ti?

Recuerda: El texto de Juan, leído desde la perspectiva de las primeras comunidades cristianas, no es solo una metáfora, sino una profunda expresión de su fe y una invitación a una comunión íntima con Cristo y con los hermanos. La simbología del pan y del vino, se convierte en un vehículo para expresar la realidad espiritual de la unión con Dios. También puedes leerlo con sabor y saber.

 Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
 Reg, Prof 6506 Py,
 Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
 Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy


Psicología

Comer, amar y vivir

En nuestra historia personal. Cuando estábamos en gestación, recibimos nutrientes trasportados por la sangre de mamá, y también todas las hormonas de sus estados emocionales. Nos alimentábamos dependiendo del cuerpo y sangre de mamá, un ser inmenso y nosotros un ser pequeñito que cabe en la palma de una mano. Gratitud por el milagro de la maternidad.

Al nacer, mamá y papá, nos cobijaron y alimentaron. La leche materna, la cual mamá cargó (mediante su sangre) de los nutrientes que tenía y de su sistema inmunológico, fue una nueva manera de alimentarnos, también su mirada tierna, sus canciones de cuna. Siempre fue una experiencia ecológica, biológica, emocional, relacional, espiritual. Para la mamá tenía un significado de amor.

Alimentos como vehículos

La alimentación trasciende la mera ingesta de nutrientes. Desde una perspectiva psicológica, los alimentos se convierten en vehículos para explorar nuestras experiencias internas. Comemos no solo para satisfacer el hambre biológica, sino también para gestionar emociones, construir relaciones y buscar significado. Al igual que degustamos un plato, saboreamos experiencias, recuerdos y sensaciones.

Alimentos con significado

La psicología nos invita a ser conscientes de estos procesos. Al prestar atención a lo que comemos y cómo lo hacemos, podemos identificar patrones de conducta relacionados con la ansiedad, la soledad o la búsqueda de placer. Terapias de atención al presente nos enseñan observar, a conectar con nuestro cuerpo y nuestras emociones, permitiéndonos establecer una relación más saludable con la comida.

El lenguaje de la comida

En este sentido, la comida se convierte en un lenguaje universal que nos permite comunicarnos con nosotros mismos y con los demás. Al compartir una comida, intercambiamos no solo alimentos, sino también afectos, ideas y valores. La alimentación, entonces, es una experiencia multisensorial que involucra todos nuestros sentidos y nos conecta con nuestra humanidad.

Recuerda: alimenta tu biología y tus vínculos de amor. Y comparte todo esto.

Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
 Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com



 

 

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