Domingo 1 de setiembre. El peso de las costumbres en un mundo cambiante. Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23
La buena noticia
Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23
En aquel tiempo, se
acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo
que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir,
sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: "¿Por
qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros
mayores?" (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse
antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver
del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras
cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: "¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas,
cuando escribió: Este pueblo me
honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. ¡Es inútil el culto que
me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos! Ustedes
dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los
hombres".
Después, Jesús llamó a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y
entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo
mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las
intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios,
las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la
difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y
manchan al hombre".
Psicología y espiritualidad
El peso de las costumbres en un mundo cambiante.
El contexto histórico del Evangelio de Marcos, escrito tras la destrucción del Templo en el año 70 d.C., nos sitúa en un momento de profunda transformación para el pueblo judío. La comunidad cristiana, nacida en este crisol, se enfrentaba al desafío de redefinir su identidad y sus prácticas religiosas en un nuevo escenario cultural, dominado por el helenismo.
El texto nos invita a mirar la relación entre los rituales y la espiritualidad. Los fariseos, aferrados a las tradiciones de purificación, buscaban una santidad externa, ligada a la observancia minuciosa de normas rituales, si se lavaban las manos hasta los codos, ya se sentían buena gente, aunque su comportamiento fuera muy feo y sin amor. Sin embargo, Jesús cuestiona esta visión superficial de la relación con Dios, señalando que la verdadera pureza proviene del corazón.
Mirada del psicólogo: los rituales pueden cumplir funciones importantes, como proporcionar un sentido de pertenencia, estructura y significado. Sin embargo, cuando se convierten en obsesiones o se utilizan por costumbre, pueden convertirse en una carga que impide una relación auténtica con Dios y con los demás.
La búsqueda de Dios es un camino personal y único, que no se limita sólo a la observancia de normas externas. La espiritualidad auténtica implica cultivar cualidades como la compasión, la justicia y el amor al prójimo. Los rituales pueden ser una herramienta útil en este camino, pero no deben convertirse en un fin en sí mismos.
En la actualidad, seguimos
enfrentando desafíos similares. Muchas personas te dicen, soy una persona buena pues fui a Caacupé, pero no se nota el amor en su casa,
Las tradiciones culturales y religiosas pueden ser una fuente de identidad y confort, pero también pueden limitar nuestra capacidad de conectar con los demás y de crecer espiritualmente. Es importante encontrar un equilibrio entre la tradición y la innovación, entre la fe y la razón.
La interioridad
Nuestros pensamientos, sentimientos y acciones están interconectados. Si cultivamos pensamientos negativos, es probable que experimentemos emociones negativas y que actuemos de manera destructiva. Por otro lado, si cultivamos pensamientos positivos y compasivos, es más probable que experimentemos emociones positivas y que actuemos de manera constructiva.
Mirando hacia adentro. ¿Qué pensamientos habitan en nuestra mente, corazón? ¿Son pensamientos que nos empoderan o que nos limitan? ¿Son pensamientos que nos conectan con los demás o que nos aíslan?
Al igual que un jardín necesita ser cuidado y cultivado, nuestra mente, corazón, también necesitan atención. Practicar el silencio, la gratitud y la compasión puede ayudarnos a cultivar un jardín mental más saludable.
En resumen, el texto nos invita a reflexionar sobre los modos de la espiritualidad y a cuestionar las prácticas religiosas que entorpecen la relación con Dios, esta relación es un cultivo personal y comunitario, que requiere profundizar.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
Psicología
Creencias que se vuelven cadenas: De lo beneficioso a lo limitante
Es fascinante cómo las creencias, inicialmente herramientas que nos orientan y motivan, pueden transformarse en obstáculos que nos impiden avanzar. Una creencia que en un momento nos empoderó, puede convertirse en una limitación si nos aferramos a ella de manera rígida y sin cuestionarla.
¿Cómo distinguirlas?
Flexibilidad: Las creencias beneficiosas son adaptables y evolucionan con nosotros. Las limitantes, en cambio, son rígidas y dogmáticas.
Empoderamiento: Las creencias beneficiosas nos impulsan hacia adelante y nos hacen sentir capaces. Las limitantes, por el contrario, nos paralizan y minan nuestra confianza.
Bienestar: Las creencias beneficiosas contribuyen a nuestro bienestar emocional y psicológico. Las limitantes generan ansiedad, estrés y otros sentimientos negativos.
Trabajando las creencias limitantes
1. Identificación: El primer paso es reconocer nuestras creencias limitantes. Preguntarnos "¿Por qué creo esto?" y "En qué evidencia se basa esta creencia?" puede ayudarnos a identificarlas.
2. Cuestionamiento: Una vez identificadas, debemos cuestionar la validez de estas creencias. ¿Son realmente ciertas? ¿Hay alguna evidencia que las contradiga?
3. Reemplazo: Reemplazar las creencias limitantes por creencias más positivas y realistas es fundamental. Por ejemplo, si creemos "No soy capaz de lograr nada", podemos reemplazarlo por "Soy capaz de aprender y crecer".
4. Acción: Finalmente, debemos actuar de acuerdo con nuestras nuevas creencias. La acción refuerza las nuevas creencias y nos ayuda a superar los viejos patrones de pensamiento.
Un ejemplo: Si tienes la creencia limitante "Nunca voy a encontrar el amor", puedes:
-Identificar: Reconocer que esta creencia te genera tristeza y soledad.
-Cuestionar: ¿Por qué crees eso? ¿Hay evidencia que lo demuestre?
-Reemplazar: "Soy una persona valiosa y merezco encontrar una relación amorosa".
-Visualizar: Imaginarte en una relación feliz y satisfactoria.
-Afirmar: "Soy amado y merezco ser amado".
En resumen, nuestras creencias tienen un gran impacto en nuestra vida. Al identificar y desafiar nuestras creencias limitantes, podemos abrirnos a nuevas posibilidades y vivir de manera más sana.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
De creencias que liberan a creencias que encadenan
Las creencias, como un arma de doble filo, pueden convertirse en obstáculos, pueden ser tanto nuestro mayor aliado como nuestro peor enemigo. Inicialmente, nos guían y motivan, pero con el tiempo pueden convertirse en cadenas que nos atan a patrones de pensamiento negativos y limitantes.
¿Cómo identificar una creencia limitante? Observando si es rígida, si resta nuestra confianza y si genera malestar emocional. A diferencia de las creencias beneficiosas, que son flexibles, nos empoderan y promueven el bienestar.
Para liberarnos de estas cadenas, podemos seguir estos pasos:
1. Identifica: Reconoce qué creencias te limitan.
2. Evalúa: si estas creencias son realmente válidas y si hay evidencia que las contradiga.
3. Reemplaza: Sustituye las creencias negativas por afirmaciones positivas y realistas.
4. Actúa: Pon en práctica las nuevas creencias y poco a poco las consolidas.
Recuerda, nuestras creencias moldean nuestra realidad. Tomar consciencia de ellas. Trabaja para transformar las limitantes. Puedes abrirte a un mundo de posibilidades.
Ejemplo: Si creemos que "nunca encontraremos el amor", podemos identificar que esta creencia nos causa tristeza, cuestionarla buscando evidencia en contra, reemplazarla por "soy digno de amor", y visualizarnos en una relación feliz.
En conclusión, nuestras creencias tienen poder. Al comprender cómo funcionan podemos liberarnos de las cadenas del pasado y construir un futuro más brillante.
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