Miércoles 10 de julio. Llamados, capacitados y empoderados. Mateo 10:1-7

 

Mateo 10, 1-7

En aquel tiempo, llamando Jesús a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos del Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: "No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos".


Miércoles 10 de julio. Llamados, capacitados y empoderados. Mateo 10:1-7

Llamados:

Junto al mar de Galilea, donde la luz se posa en las olas, Jesús, el maestro de mirada profunda, reúne a sus discípulos. Doce hombres, de distintos caminos y sueños, unidos ahora por un llamado común, un anhelo que los convoca.

Sus nombres resuenan, como campanas en la brisa, Pedro, Andrés, Santiago y Juan, cada uno una historia. Felipe, Bartolomé, Tomás y Mateo, Tadeo, Simón y Judas, un grupo con un nuevo horizonte.

Capacitados y empoderados:

Con voz serena y firme, Jesús les confía una misión: Sanar a los enfermos, liberar a los oprimidos, proclamar Buenas Noticias, el Reino que está llegando. Son instrumentos de la compasión, mensajeros de la esperanza.

Poder les otorga, no poder de fuerza bruta o de dominio, sino de amor transformador, de fe que sana. Espíritus malignos, motivaciones mezquinas ya no tendrán poder, la enfermedad y el dolor se rendirán ante su calidez y compañía.

Más que una simple tarea, es una invitación a la aventura, un viaje de transformación, una senda de madurez. Juntos recorrerán pueblos y aldeas, sembrando la semilla del amor, cosechando frutos de fraternidad y paz. Van a disolver con renovada ternura, el individualismo utilitario que enferma y aísla, tendrán más tiempo para dar la mano que para estar en redes sociales, más para mirar a los ojos que mirar pantallas parpadeantes de efectos especiales.

No estarán solos en este camino desafiante, Jesús, su guía y mentor, estará siempre presente. En la oración y en la quietud, encontrarán su fortaleza, el Espíritu Santo, su brújula y su aliento.

Aprenderán a estar en silencio y mirar hacia adentro con delicada auto comprensión.

Enfrentarán pruebas, serán perseguidos y juzgados, pero su fe se irá fortaleciendo, su espíritu tendrá motivaciones profundas. Irán renovando la luz del mundo en sus manos, con una la llama de amor tierno que ilumina las sobras, y con la esperanza que nos rescata cada día.

Llamados, capacitados y empoderados, los discípulos de Jesús, un camino compartido. Su historia nos inspira, nos invita a ponernos en marcha, a la acción paciente, a cultivar paz, compañerismo en una renovada cultura del encuentro.

 Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
 Reg, Prof 6506 Py,
 Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
 Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy

 

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