Viernes 28 de junio. Sanando el Padecimiento. Cómo tocar el dolor del otro. Mateo 8:1-4.
HOLA! Hoy encontrarás un comentario (escrito y con audio/texto) y una EXPERIENCIA MEDITATIVA (escrita y con audio/texto)
Mateo 8 1-4.
Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.
En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo:
«Señor, si quieres, puedes limpiarme».
Extendió la mano y lo tocó, diciendo:
«Quiero, queda limpio».
Y en seguida quedó limpio de la lepra.
Jesús le dijo:
«No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la
ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Viernes 28 de junio. Sanando el Padecimiento. Mateo 8:1-4. Cómo tocar el dolor del otro.
En este episodio, miramos con curiosidad el acercamiento al leproso, y su proceso de curación, desde una perspectiva terapéutica. Exploraremos este relato que ofrece un enfoque sobre el poder del contacto humano para aliviar el dolor del otro.
La Lepra como Metáfora del Sufrimiento:
En la época de Jesús, la lepra era una enfermedad física devastadora que aislaba socialmente a los enfermos. Simbólicamente, la lepra puede representar cualquier forma de sufrimiento, tanto físico como emocional. Que además les genera sentirse rechazados, descartados del tejido social del amor.
El Acercamiento del Leproso:
El leproso se acerca a Jesús con humildad y confianza, reconociendo su poder para sanarlo. Este acto de acercamiento nos recuerda la importancia de buscar ayuda cuando estamos sufriendo. Así acudimos a urgencias de los hospitales, cuando nos percibimos vulnerables. Está bien pedir ayuda y dejarnos ayudar.
La Compasión de Jesús:
Jesús no solo sana al leproso, sino que también lo toca, demostrando un acto de compasión y empatía que rompe las barreras sociales de la época. El contacto físico respetuoso y cuidadoso, puede ser un poderoso canal de sanación emocional.
La Sanación:
La sanación del leproso se narra instantánea y completa, pero quizá fue en un proceso, dando tiempo para sanar. Nos recuerda que la sanación del sufrimiento, tanto físico como emocional, es posible, si creamos condiciones favorables y damos tiempo. Puede ser en un instante o en un mes, lo mismo es un milagro.
Instrucciones de Jesús:
Jesús le pide al leproso que no divulgue la sanación y que se presente al sacerdote. Esto podría interpretarse como una invitación a la discreción y al respeto por los procesos culturales, pero también como un énfasis en la sanación interna y la búsqueda de ayuda e integración en diversos ámbitos. Volver a reinsertarse en la familia, amigos, espacios sociales. La salud en todas sus dimensiones.
El Poder de la Empatía y la Compasión:
Atención con calidad y calidez. La historia del leproso sanado muestra que la empatía, la compasión y el contacto humano son herramientas poderosas para aliviar el sufrimiento del otro. Al conectarnos con el dolor de los demás con comprensión y cariño, podemos contribuir a su camino de sanación.
¿Cómo podemos aplicar este mensaje en nuestras vidas?
Practicar la escucha activa: Prestar atención a los demás sin juzgar, con apertura y respeto.
Ofrecer apoyo emocional: Brindar palabras de aliento, compañía y comprensión.
Validar las emociones del otro: Reconocer y aceptar sus sentimientos sin minimizarlos ni agigantarlos.
Ofrecer ayuda práctica: Colaborar en la resolución de problemas concretos.
Mantener contacto físico adecuado: Una sonrisa, un abrazo, un apretón de manos o una caricia pueden transmitir calidez y apoyo.
La acción de Jesús sanando al leproso nos invita a admirar el poder sanador de la calidad y calidez del contacto humano terapéutico. Al cultivar estas cualidades en nuestras relaciones, podemos contribuir a aliviar el sufrimiento de los demás y construir un mundo más inteligente, amoroso y solidario.
Recuerda: El dolor del otro también es nuestro dolor (al otro le aprieta el zapato y a mí el cinturón). No seas indiferente al sufrimiento. Acércate con calidez, comprensión bondadosa y ofrece el apoyo que está a tu alcance para contribuir a la sanación tanto física como emocional. Deja también que se te acerquen cuando lo necesitas.
Experiencia meditativa. Sanando el Padecimiento. Cómo tocar el dolor del otro.
En este momento de experiencia meditativa, nos enfocamos en el relato donde Jesús sana a un leproso. Esta historia nos ofrece aroma bello sobre la compasión en el proceso de la sanación.
1. Conectando con la Compasión:
Comienza por encontrar una posición cómoda y tranquila. Cierra los ojos y relaja los párpados.
Toma algunas respiraciones profundas, inhalando y exhalando lentamente. Presta atención a la sensación del aire entrando y saliendo de tu cuerpo.
Visualiza a un enfermo sufriendo. Observa su dolor físico y emocional.
Siente compasión por este hombre. Imagina brevemente cómo te sentirías si estuvieras en su lugar.
Ahora regresa y valora la salud y bienestar que tienes en este momento. Afloja un poco la tensión de tu cuerpo.
Repite en tu mente: "Que este hombre encuentre sanación y alivio".
2. Empatizando con el Dolor:
Imagina que te acercas al enfermo. Extiende tu mano hacia él con amabilidad y respeto.
Mira la textura de su piel. Observa los signos de la enfermedad en su cuerpo.
Escucha sus palabras de dolor y sufrimiento. Valida sus emociones sin juzgarlo.
Conéctate con su dolor a un nivel profundo sin dramatizar. Siente la empatía suave fluyendo entre ustedes.
Repite en tu mente: "Comprendo tu dolor y estoy aquí para ti".
3. Sanando con el Poder del Amor:
Visualiza una luz cálida y sanadora emanando de tu mano. Esta luz representa el amor y la compasión de Jesús.
Dirige la luz hacia el leproso. Permite que la luz penetre en su cuerpo y sane sus heridas.
Imagina que el dolor del leproso comienza a disminuir. Observa cómo su rostro se llena de paz y esperanza.
Siente la alegría de ver a alguien sanado. Reconoce el poder del amor para transformar el sufrimiento.
Repite en tu mente: "Que el amor de Jesús te sane por completo".
4. Extendiendo la Compasión a Todos:
Abre tu mente y tu corazón a todas las personas que sufren. Visualiza a aquellos que están enfermos, solos, deprimidos o en cualquier tipo de dolor.
Extiende la luz de la compasión hacia todos ellos. Imagina que el mundo se llena de sanación y amor.
Siente la gratitud por la oportunidad de ayudar a ti y a los demás. Reconoce tu propio potencial para sanar.
Repite en tu mente: "Que el amor y la compasión de Jesús me sanen a mí y a todos los que sufren".
Al finalizar esta experiencia meditativa, lleva contigo la sensación de compasión, empatía y poder sanador que has cultivado. Recuerda que el amor de Jesús tiene el poder de transformar cualquier situación, y que tú también puedes participar de esa amorosidad viviente.
Escribe tu experiencia:
¿Cómo puedes aplicar la compasión y la empatía en tu vida diaria?
¿Qué acciones puedes realizar para ayudar a los que sufren?
¿Cómo puedes cultivar el amor y la compasión en tu propio corazón?
Recuerda que la meditación es una práctica continua. Dedica unos minutos cada día a conectar con tu compasión interna y a extenderla a los demás. De esta manera, puedes contribuir a crear un mundo más amable y sano.
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy

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