Miércoles 26 de junio. Los Frutos del Corazón: Apreciando el jardín interior. Mateo 7, 21-29.
Mateo 7, 21-29. En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "Cuidado con los falsos profetas. Se acercan
a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus
frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los
cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y
el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y
un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos
buenos es cortado y arrojado al fuego. Así
que por sus frutos los conocerán".
Miércoles 26 de junio. Los Frutos del Corazón: Apreciando el jardín interior. Mateo 7, 21-29
En este episodio, aparece la parábola de Jesús sobre los árboles y sus frutos, dialogamos con la psicología. Exploraremos cómo puede ayudarnos a: comprender mejor nuestro comportamiento y el de los demás, a discernir entre lo que ayuda y lo que daña, y a cultivar un "jardín interior" que produzca frutos de bondad y bienestar profundo.
Mirado las plantas y sus frutos:
No puedes juzgar algo verdaderamente que nunca hayas saboreado, es por eso que un árbol se juzga por el fruto que proporciona. Al saborear una futa podemos apreciar dos niveles: En un primer momento si es agradable, desagradable o neutro su sabor. Y diré yo sé que esa planta da frutos deliciosos al paladar. En un segundo nivel puedo apreciar si ese fruto es beneficioso, nutritivo, curativo. Entonces al saborearlo diré: no es tan agradable al paladar, pero me está curando tal dolencia.
Más allá de la Apariencia, mirada global de lo que hacemos:
¿Qué frutos estamos produciendo en nuestras vidas? ¿Son estos frutos buenos o malos?
Jesús nos advierte sobre la posibilidad de ser engañados por las apariencias. No basta con observar la fachada de una persona para conocerla realmente. Debemos enfocarnos en sus acciones, en su comportamiento, en los "frutos" que produce en su vida y en la de los demás, el efecto que produce. Hay personas curativas, personas vitamina.
- Identificar a las Personas Tóxicas:
La parábola también nos ayuda a identificar a las personas tóxicas en nuestras vidas. Estas personas pueden parecer amables y amigables en la superficie, pero sus comportamientos revelan su efecto sobre los demás.
- Rodearse de Personas Positivas:
Es importante rodearnos de personas que produzcan frutos buenos en nuestras vidas. Estas personas nos valoran, inspiran, apoyan y nos motivan a crecer.
Los Frutos del Corazón:
Al igual que un árbol sano produce frutos nutritivos y un árbol enfermo produce frutos dañinos, nuestro comportamiento refleja la salud o la enfermedad de nuestro corazón. Un corazón lleno de bondad, compasión y amor generará acciones positivas y constructivas, mientras que un corazón cargado de rencor, egoísmo y miedo producirá acciones negativas y destructivas.
Ejemplos de Frutos Buenos:
Sembrar buenas semillas: Alimentar nuestro corazón con pensamientos positivos, valores nobles y experiencias enriquecedoras.
Regar con amor y compasión: Practicar la autocompasión y el amor hacia los demás.
Eliminar las malas hierbas: Deshacernos de pensamientos negativos, emociones destructivas y actitudes dañinas.
Podar las ramas improductivas: Soltar los rencores, las culpas y los patrones de comportamiento que nos limitan.
Disfrutar de la cosecha: Apreciar los frutos de nuestro esfuerzo interior, como la paz mental, la satisfacción personal y las relaciones sanas.
Cultivando un "Jardín Interior":
Al igual que cuidamos un jardín físico, podemos cultivar un "jardín interior" que produzca frutos de bondad y bienestar. Esto implica:
· Sembrar buenas semillas: Alimentar nuestro corazón con pensamientos positivos, valores nobles y experiencias enriquecedoras.
· Regar con amor y compasión: Practicar la autocompasión y el amor hacia los demás.
· Eliminar las malas hierbas: Deshacernos de pensamientos negativos, emociones destructivas y actitudes dañinas.
· Podar las ramas improductivas: Soltar los rencores, las culpas y los patrones de comportamiento que nos limitan.
· Disfrutar de la cosecha: Apreciar los frutos de nuestro esfuerzo interior, como la paz mental, la satisfacción personal y las relaciones sanas.
La parábola de los árboles y sus frutos nos invita a reflexionar sobre la importancia de nuestras acciones y a cultivar un corazón que produzca frutos de bondad y bienestar. Al enfocarnos en cultivar un "jardín interior" sano y próspero, podemos mejorar nuestra calidad de vida y contribuir a un mundo más compasivo y armonioso.
Recuerda esto: En tu comportamiento se refleja tu corazón. Siembra semillas de bondad, riega con amor y compasión, y cosecha los frutos de una vida más plena y más significativa.
¡Que tengamos un delicioso día!
Experiencia meditativa: Observando la fruta- Suavizando el cuerpo: Escaneamos el cuerpo aflojando un poco la tensión de los músculos y de las articulaciones. Relajamos la cara. Los labios, la lengua, relajamos el cuello.
- Observamos el ritmo de la respiración: para que sea más suave, profunda, que llegue debajo del ombligo. Inhalamos en cuatro tiempos y exhalamos en cuatro tiempos.
- Focalizamos la atención en las sensaciones de la respiración.
En esta experiencia meditativa buscaremos una fruta que conozcamos la planta que la produce. Y la miraremos con toda atención como si fuera la primera vez, con curiosidad.
probamos el sabor de la fruta, su olor, textura, los sonidos que produce, los diferentes colores. Notaremos si estos datos de los sentidos son agradables, desagradables o neutros.
Ahora notaremos que tan buena es para nuestro organismo, pues no basta que sea sólo agradable sino también nutritiva, saludable.
Esta fruta es el resultado del crecimiento de su planta, tiene los días y las noches, la humedad y la sequía, el frío y el calor, los nutrientes de la tierra y los rayos del sol… la fruta es la paciencia del árbol que llega hasta mí. Gratitud por eso!!!
Veo que también soy árbol y doy frutas: con mi vitalidad, con mis palabras, con mi actividad:
Tengo pensamientos que se hacen motivaciones, impulsos modulados, que se hacen actitudes y posturas… se expresan en palabras y comportamientos.
Noto sin juzgar, tres o cuatro frutas que estoy dando, quizá sin advertirlo… que efecto tienen en los demás y en mí… Lo sabroso, lo que ayuda, lo que daña…
Puedo hacer cambios: ¿en mis pensamientos y enfoques? ¿En las motivaciones? ¿En mi manera de expresarme?
Miro con gratitud todo lo que puedo aprender!!!
Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,
Reg, Prof 6506 Py,
Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)
Terapia (presencial o virtual), talleres, charlas: raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy
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