Jueves 13 de junio. Mateo 5:20-26. Más allá del cumplimiento literal de las normas. Los juicios prudenciales y una ética para el día a día

 

En Mateo 5:20-26, Jesús continúa su Sermón del Monte, abordando un tema crucial para la vida: la justicia verdadera. Jesús contrasta una justicia superficial, con la justicia profunda y transformadora que él propone. Esta justicia va más allá de la interpretación literal, no se limita a cumplir reglas externas, sino que exige una transformación interior y una actitud de amor al prójimo.

Este pasaje tiene un profundo significado para la vida de los cristianos:

-La justicia verdadera no se limita a cumplir normas externas, sino que exige una transformación interior y una actitud de amor al prójimo.

-La ira, el resentimiento y el insulto también son formas de violencia que atentan contra la justicia.

-La verdadera adoración a Dios no se limita a rituales externos, sino que exige una actitud de reconciliación y paz con el prójimo.

-Es importante buscar la resolución pacífica de los conflictos y evitar la escalada de rencor y enemistad.

La ética y la moral

¿La moral es la forma en que actuamos, el comportamiento, el hábito? ¿La ética tiene que ver más con la teoría y la moral, con la práctica?

la “ética” se refiere a las reflexiones y decisiones personales, acerca de las normas “morales” que ya están establecidas por la cultura o la sociedad?

En el mundo actual, donde la complejidad y la incertidumbre son cada vez más presentes, la ética se vuelve una herramienta indispensable para navegar las situaciones cotidianas de manera responsable y justa. Sin embargo, la ética no se limita a un conjunto de normas rígidas o dogmas inamovibles. Por el contrario, la ética debe ser una guía flexible y adaptable que nos permita tomar decisiones prudentes en cada contexto particular.

Más allá del cumplimiento literal:

El cumplimiento literal de las normas es un punto de partida importante, pero no es suficiente para una ética completa. En muchas ocasiones, las normas pueden ser ambiguas, incompletas o incluso contradictorias entre sí. Además, las normas no siempre pueden responder a las complejidades y particularidades de cada situación.

Es aquí donde entran en juego los juicios prudenciales. La prudencia es la virtud que nos permite discernir lo que es bueno y justo en cada caso concreto. Se trata de una capacidad que se desarrolla a través de la experiencia, la reflexión y la formación moral.

Los juicios prudenciales: se basan en los siguientes elementos:

Conocimiento: Es necesario tener un conocimiento profundo de la situación, incluyendo los hechos, las consecuencias potenciales y las personas involucradas.

Discernimiento: Se requiere la capacidad de analizar la situación de manera crítica y reflexiva, considerando diferentes perspectivas y valores.

Prudencia: Es importante actuar con cautela y mesura, evitando decisiones impulsivas o imprudentes.

Justicia: Los juicios prudenciales deben estar guiados por el principio de justicia, buscando el bien común y el respeto a los derechos de las personas.

Una ética para el día a día:

La ética para el día a día no se trata de grandes teorías abstractas, sino de aplicar principios éticos en las situaciones cotidianas. Esto implica:

Reflexionar sobre nuestras acciones: Antes de actuar, es importante reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones y considerar si son justas y responsables.

Tomar decisiones conscientes: No debemos actuar por inercia o por seguir simplemente las normas, sino que debemos tomar decisiones conscientes y responsables.

Ser sensibles a las necesidades de los demás: La ética nos llama a ser sensibles a las necesidades de los demás y a actuar con empatía y compasión.

Ser honestos y responsables: La honestidad y la responsabilidad son pilares fundamentales de una ética para el día a día.

Buscar el diálogo y la colaboración: La ética nos invita a buscar el diálogo y la colaboración con los demás para encontrar soluciones justas y equitativas.

La ética sana no es un conjunto de normas rígidas, sino una guía flexible que nos permite tomar decisiones prudentes en cada contexto particular. Los juicios prudenciales, basados en el conocimiento, el discernimiento, la prudencia y la justicia, nos ayudan a navegar las situaciones cotidianas de manera responsable y justa. Una ética para el día a día implica reflexionar sobre nuestras acciones, tomar decisiones conscientes, ser sensibles a las necesidades de los demás, ser honestos y responsables, y buscar el diálogo y la colaboración.

Mateo 5:20-26 nos invita a una profunda reflexión sobre la justicia verdadera. La justicia que Jesús propone no se basa en la ley o en la fuerza, sino en el amor, la compasión y el perdón. Es una justicia que transforma nuestros corazones y nos lleva a construir relaciones de paz y fraternidad.

Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,

 Reg, Prof 6506 Py,

                                                        Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)

 


 

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