Viernes 31 de mayo. Lucas 1:39-56. El arte de "Visitar" en la Relación de Ayuda.

 

El pasaje de Lucas 1:39-56 narra la visita de María a su prima Isabel, quien se encuentra embarazada de Juan el Bautista. Este cultivado encuentro, conocido como la "Visitación", nos ofrece pistas sobre lo valioso de la visita como herramienta de apoyo emocional y espiritual, especialmente para aquellos que atraviesan momentos de sufrimiento. Los artistas utilizan sus herramientas con destreza.

1.       Motivación de la visita: María, al enterarse del embarazo de Isabel, siente la necesidad de visitarla y ofrecerle su apoyo. No se limita a enviar un mensaje o un regalo, sino que decide emprender un viaje largo para estar presente en persona.

2.       Empatía y comprensión: Al llegar a la casa de Isabel, María la saluda con calidez y afecto. Isabel, llena del Espíritu Santo, reconoce la situación especial de María y la bendice, proclamando su papel como madre del Mesías.

3.       Escucha activa y apoyo emocional: María permanece con Isabel durante un tiempo considerable, escuchando sus experiencias y ofreciéndole apoyo emocional. Esta actitud de escucha atenta y presencia cercana es fundamental en la relación de ayuda.

4.       Compartir experiencias y fortalecer la fe: María e Isabel comparten sus experiencias de fe y esperanza, animándose mutuamente en su camino hacia la maternidad. Este intercambio de experiencias y apoyo mutuo fortalece la fe de ambas mujeres.

La visita como herramienta de ayuda emocional:

La visita de María a Isabel nos muestra que la presencia cercana, la escucha atenta y el apoyo emocional son elementos esenciales en la relación de ayuda al necesitado y al que sufre. No solo brinda compañía y consuelo, sino que también puede ser una oportunidad para compartir experiencias, fortalecer la fe y ofrecer esperanza. En ese intercambio la persona desarrolla su propio soporte interno.

El soporte interno, o resiliencia, es la capacidad de enfrentar y superar situaciones adversas, saliendo fortalecidos. No se trata de evitar las dificultades, sino de contar con recursos internos para afrontarlas de manera saludable y seguir adelante.

Precauciones para visitar al que sufre de manera fructífera

Visitar a quien sufre puede ser una experiencia significativa tanto para el visitado como para el visitante. Al tomar las precauciones necesarias y ofrecer apoyo emocional, podemos contribuir al bienestar del enfermo y hacerlo sentir acompañado en un momento difícil.

  • Comunicarse con antelación: Es importante verificar si la persona está en condiciones de recibir visitas y si tiene alguna preferencia en cuanto al horario o la duración de la misma.

  • Respetar el espacio personal: Permita que el enfermo establezca el ritmo y la duración de la visita. Evite invadir su privacidad.

  • Evitar temas sensibles: No hable de temas que puedan causar malestar o tristeza al enfermo, como su enfermedad o la muerte. Opte por temas positivos y agradables.

  • Escuchar con atención: Ofrezca un espacio seguro para que el enfermo exprese sus emociones y preocupaciones. Escuche con atención y evite juzgar o dar consejos no solicitados.

  • Ofrecer ayuda práctica: Si es posible, ofrezca ayuda con tareas domésticas, mandados o la preparación de comida.

  • Respetar al que sufre: Apoye con respecto a su tratamiento y cuidado. No lo presione para que haga algo que no desea.

  • Despedirse con amabilidad: Al finalizar la visita, despídase con amabilidad y exprese al enfermo su cercanía y hermandad.

  • Cuide su lenguaje no verbal: le conviene una cara de serena alegría. Usted tiene fe.

  • Enfermedades emocionales y mentales: Sea paciente y comprensivo, y evite comentarios que puedan agravar el estado de esa persona. Nunca es necesario hurgar las heridas, ni agrandarlas, ni obtener datos. No debe ser un reportaje.

Actitudes clave para una visita efectiva:

1.       Empatía y comprensión: Es fundamental ponerse en el lugar del otro, comprender sus sentimientos y ofrecerle apoyo emocional sin juzgar ni criticar.

2.       Escucha activa: Dedique tiempo a escuchar con atención, sin interrumpir, y demuestre interés genuino en lo que la persona tiene que decir.

3.       Acompañamiento: Ofrezca su presencia y acompañamiento, haciéndole saber a la persona que no está sola en su sufrimiento.

4.       Respeto y apoyo: Respete las creencias y valores de la persona, y ofrezca apoyo sin imponer sus propias ideas o soluciones.

5.       Favorecer momentos de oración: haciendo contacto con lo sagrado, en una forma aceptable para el visitado.

6.       Confidencialidad: Mantenga la confidencialidad de lo que se hable durante la visita.

La visita, cuando se realiza con suficiente empatía, comprensión y respeto, puede ser una herramienta poderosa para brindar apoyo emocional y espiritual a quienes sufren. El ejemplo de la Visitación en Lucas 1:39-56 nos recuerda que la presencia cercana, la escucha atenta y el apoyo mutuo son elementos esenciales en el camino hacia la sanación y la esperanza.

 

Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo,

 Reg, Prof 6506 Py, Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)

 La Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel

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