Jueves 23 de mayo: Comentario de Marcos 9:41-50 desde la Psicología Pastoral con enfoque en la relación de ayuda


Marcos 9:41-50 nos presenta una enseñanza de Jesús sobre la importancia de no escandalizar a los más pequeños, comparándolos con niños que necesitan protección y cuidado. Este relato ofrece valiosas lecciones para la psicología pastoral, especialmente en el ámbito de la relación de ayuda.

Sinónimo de escándalo: alboroto, bochinche, quilombo, griterío, gritería, tumulto, gresca, bullicio, bulla, barullo, habladuría, chisme.

Antónimo: silencio, tranquilidad, prudencia y corrección al hablar (y actuar).

El Catecismo define al escándalo como “la actitud o comportamiento que induce a otro a hacer daño.”

Mirada desde la Psicología Pastoral:

1.       Vulnerabilidad de los más pequeños:

Jesús utiliza la imagen de los niños para resaltar la vulnerabilidad de los más débiles e indefensos, excluidos. En la relación de ayuda, el psicólogo pastoral debe ser consciente de la fragilidad emocional y espiritual de las personas que buscan su apoyo.

2.       Responsabilidad del acompañante:

Jesús invita a sus discípulos a no ser causa de tropiezo para los más pequeños. El psicólogo pastoral tiene la responsabilidad de brindar un espacio seguro y confiable para el acompañamiento, evitando cualquier acción o palabra que pueda causar daño o desanimar a la persona.

3.       Importancia de la empatía y la compasión:

Jesús muestra empatía y compasión hacia los niños, reconociendo su necesidad de protección y cuidado. Se pueden cultivar estas cualidades para comprender mejor las experiencias y emociones de la persona acompañada.

4.       Cuidado con las palabras y acciones:

Jesús advierte sobre las consecuencias negativas de las palabras y acciones que pueden escandalizar o herir a los más pequeños. Conviene ser cuidadoso con su lenguaje y comportamiento, utilizando un enfoque compasivo y respetuoso.

5.       Priorizar el bienestar de los más pequeños:

Jesús coloca el bienestar de los niños por encima de cualquier otra consideración. Es razonable priorizar el bienestar de la persona acompañada, actuando siempre en su mejor interés.

 

Orientación hacia la Relación de Ayuda:

1.       Establecer un vínculo de confianza:

Es fundamental que se establezca un vínculo de confianza con la persona acompañada, creando un espacio seguro y confidencial donde pueda expresarse libremente sin temor a ser juzgado.

2.       Practicar la escucha activa:

Escuchar atentamente y con empatía es esencial para comprender las necesidades, emociones y experiencias de la persona acompañada.

3.       Mostrar empatía y compasión:

Una actitud a cultivar es demostrar empatía y compasión, reconociendo el dolor, las dificultades y los desafíos que enfrenta la persona acompañada.

4.       Evitar juzgar o criticar:

Es importante evitar juzgar o criticar a la persona acompañada, ya que esto puede crear una barrera en la relación y dificultar el proceso de ayuda.

5.       Ofrecer apoyo y orientación:

Se trata de brindar apoyo y orientación a la persona acompañada, ayudándola a encontrar soluciones y estrategias para enfrentar sus problemas.

6.       Respetar la autonomía de la persona:

Es prudente respetar la autonomía de la persona acompañada, permitiéndole tomar sus propias decisiones y guiándola en su proceso de crecimiento personal.

 

El relato de Marcos 9:41-50 nos recuerda la importancia de la responsabilidad del acompañante pastoral en la relación de ayuda. Al cultivar la empatía, la compasión y la ética personal, puede brindar un apoyo efectivo y significativo a las personas que buscan su ayuda, contribuyendo a su bienestar emocional y espiritual.

Lic. Raúl Manuel Nieto, psicólogo, Reg, Prof 6506 Py, Ha cursado licenciatura en Teología Pastoral en la UCA (argentina)


 

 

 

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